La redención de Nerón
Quiero divorciarme. Ya no aguanto la vida contigo, he tratado de amarte, pero eres imposible de soportar. Tengo tanta rabia por…
Comunidad de Autores
Quiero divorciarme. Ya no aguanto la vida contigo, he tratado de amarte, pero eres imposible de soportar. Tengo tanta rabia por…
En la habitación que habito hay dragones, brujas, laberintos, colores, tempestades, pinturas, paisajes, mares, bosques y animales. Cuando en ella estoy, abro los ojos y…
Tres de la tarde, treinta grados.
Por fin en casa.
Me libero de los tacos, la cartera, las joyas, la ropa y coloco todo sobre el sillón de la entrada.
Un duchazo, camisa fresca, moñita de bailarina de ballet y rumbo a…
Dormitorio matrimonial, la esposa acostada en la cama ancha de dos plazas, esperando a su marido, casi a punto de dormirse.
Él entra en el cuarto, como un relámpago.
-¡Se me cayó el celular al inodoro!
Una cucheta húmeda y varias moscas revoloteando sobre manchas de residuo fecal y latas oxidadas, me dieron los buenos días otra vez. En los muros despintados yacían marcas de rasguños y huecos tapados con migas de pan ensangrentado…
Ni las paredes hubieran podido imaginar que serían testigos de lo que no suele ocurrir con frecuencia. Acostumbradas a suspiros de pasión o a disputas pasajeras entre la pareja…
Muchas son las gentes que miran mi rostro y mis brazos cocidos a cicatrices y no comprenden como he llegado a ser bachiller y boticario. Como experto en hierbas y en el arte de curar…
Em 1967, apos permanencia de cinco meses no Ulpan Ben Yehuda em Natania, e a inesperada Guerra dos Seis dias, resolvimos nos estabelecer definitivamente em Israel, e como novos imigrantes, escolhemos o bairro “distante” de Zahala para morar.
En el infierno de Dante el décimo círculo es un salón VIP tan pequeño que pasa desapercibido, es para es para grandes conquistadores y lideres que lograron esparcir masivamente el mal en el mundo, que se reúnen a fumar, beber y platicar.
El salón conserva una temperatura idónea por su aire acondicionado. Tiene solo diez sillones de piel, mesas de madera y la pared…
De niño no exteriorizaba mis inquietudes, por temor a dejar al descubierto mis carencias, estaba convencido de que eran graves.
Me agobiaba no saber los números del colectivo al que hay que ascender para llegar…