Luna de miel
Gisela llegó a la oficina feliz y desplegó ante los ojos de sus compañeros de trabajo un mapa del mundo. Antes de decir buen día y de empezar a contar lo que se traía entre manos, señaló unas islitas diminutas al Este de esto y al Oeste de aquello y pronunció la palabra como si fuera un conjuro: “Seychelles»…