Hermosa tumba blanca
Soñaba con un vendaval en el cual cientos de tecolotes batían las alas a favor del viento. Volaban en silencio, con la intención de llegar hasta ella y prenderla con las garras de sus talones. Se veía ya reflejada en aquel sinfín de ojos amarillos, cuando el contacto de su piel contra el fierro de la cabecera la despertó…