Balada para Lev
Lev arrastra su carrito por los pasillos vacíos. Es una hermosa mañana de sábado soleado y la luz invade por las enormes paredes-ventanales a las salas gigantescas y en un sonado silencio. Durante la semana…
Comunidad de Autores
Lev arrastra su carrito por los pasillos vacíos. Es una hermosa mañana de sábado soleado y la luz invade por las enormes paredes-ventanales a las salas gigantescas y en un sonado silencio. Durante la semana…
No se rían, aunque pelado y barrigón en mis veintitantos años tenía un excelente estado físico. Aunque no me crean, pasé los exámenes y me aceptaron entonces en uno de los ensambles de danza moderna más exigentes del mundo: el “laboratorio de Danza Experimental” del afamado coreógrafo y bailarín Jean-Luc Foisson.
¡Qué maravilla las olas rugientes del invierno! Y no hay como ver el mar en tormenta, bajo la lluvia y los relámpagos, para calmar el volcán que llevo dentro. El frío muerde la carne, los huesos, penetra a través de la arena mojada…
Muchas cosas inolvidables nos pasaron en esos meses interminables y terribles en el puesto fortificado de «Reijan» (tan floral: en hebreo significa albahaca). También estuvimos cuatro meses en el fortín «Zapallo» el año pasado, pero “Reijan” ganó el sobrenombre popular de «el Fortín de la Muerte»…
Padre fue quien marcó mi formación y mi conducta. Siempre fue un soberbio tramposo: a mi madre la engañaba con prolijidad y decoro, porque los escándalos manchan la vida privada y no hay cosa peor que estar en boca ajena como una broma, con maldad y desprecio…
En mi calle de infancia la mayoría de las casas eran de una planta y los vecinos se conocían. Luego comenzaron las torres a elevarse a costa de árboles y baldíos, y se llenó la calle de caras y seres anónimos. De esas casas bajas y conventillos aprendí…
No comprendo a la genética, pero debo aceptar lo innegable: aunque no la haya elegido, mi madre es mi madre. Pero, todo bien: sé que este aprecio es mutuo. Mi hermana mayor siempre supo ser astutamente servil y halagadora, y mi hermana menor en su ingenuidad fue su saco de boxeo y cesto de desperdicios. Yo jamás tuve nervio para humillaciones…
Mi relación con Yotam fue desde siempre de atracción y simpatía mutua.
Era primo de mi primera esposa y dos de mis hijos coincidían en edad con sus entonces dos únicos hijos. Vivía lejos, en un asentamiento comunitario y muy exclusivo de la Galilea…
Más de uno pregunta por mi historia, cómo fue que nos conocimos… y generalmente comentan luego: “Hombre… ¡qué notable, que cosa maravillosa!”…
Fue sorpresivo. Fue furtivo,
circunstancialmente corto. Fue intensamente vívido, contra designios y planes, lo decidió el destino. Sin golpes de puerta, encuentro ido, ansiedad y charla, sangre de vino. Noche…