El cubículo de la carcasa que habito
El cubículo de la carcasa que habito está en la cúspide. Desde allí tengo
la mejor vista que puedo tener desde una altura de un metro y ochenta centímetros.
Allí paso dos tercios de mi tiempo consiente. Desde allí…
La Búsqueda
Me busqué entre las hojas muertas del otoño, entre la hierba seca del verano, entre los residuos que dejan las olas en la orilla del mar, sin hallarme.
Después de tantos años, está claro que me busco donde no estoy…
Un poco más
Era una de esas parejas desparejas, Demián en sus veinte largos y Hannah en sus cincuenta y tantos.
Se querían y satisfacían mutuamente. Encontraron el equilibrio que les permitió mantener esa relación durante cinco años, hasta que…
¿Y el chivito?
Cada vez que Arnón se calzaba la pistola en la cintura, Carmit le hacía la misma pregunta. ¿Para qué demonios llevás esa porquería?
Mis Máscaras
Me levanté temprano esta mañana con la intención de escribir sobre las «Máscaras», a propósito de la próxima fiesta de Purim (carnaval).
Me senté frente al escritorio y pensé que siendo así, me pondré la careta de escritor, así lo hice. Abrí el cajón de la izquierda, la busqué entre todas las máscaras…
Frío y Yo
Frío, me desperté pensando en ti. ¿Qué tan importante eres para merecer el esfuerzo de dedicarte un relato, aunque sea corto?
Bajé de la cama sintiéndote intenso penetrándome hasta los huesos.
Me lavé la cara y el agua me recordó que estabas allí, con tus agujas hincándose en mi piel…
En el boliche de Shlomo
En el boliche de Shlomo había un rejunte de gente de los sectores más dispares. Los más asiduos eran unos jubilados que mientras jugaban al shes-besh (backgamon) discutían acaloradamente como debía manejarse el gobierno…
Venganza
Carmit, una joven dentista con un futuro prometedor, atendía a sus pacientes en su lujosa clínica ubicada frente a una de las plazas más prestigiosas de la ciudad, Kikar Ha Medina, que su marido, el millonario Randolf Calinof…
QUE NUNCA SE ACABE
Voy andando los caminos de mi imaginación, a veces sendas de ripio que duelen en mis pies descalzos, otras suaves como el hielo donde me deslizo con gran placer.
Mis pasos van dejando una marca…
Una historia de amor
Aviv disfrutaba de los paseos con Pancho, el perro que había adoptado hacía seis meses. Era de raza mixta, del tamaño de un ovejero alemán, color té con leche y tenía buen carácter. Desde el principio hubo entre ellos una relación simbiótica.
Solían salir después de la cena, pero aquél día, por alguna razón que Aviv no comprendió, Pancho se mostró impaciente…
