En el boliche de Shlomo había un rejunte de gente de los sectores más dispares. Los más asiduos eran unos jubilados que mientras jugaban al shes-besh (backgamon) discutían acaloradamente como debía manejarse el gobierno.
De pronto, dos jóvenes montando un escúter se detuvieron frente al café. Desmontaron, desenfundaron sendas pistolas, e instintivamente todos los presentes se tiraron al suelo. Los atacantes, alcanzaron a hacer dos disparos.
Por debajo de la mesa de los jubilados, resonaron tres tiros y los dos agresores cayeron heridos al piso.
Fuera de los jubilados y de Shlomo, nadie supo lo que había sucedido.
Al investigar, la policía interrogó a los jugadores de shes-besh y ellos dijeron que no habían visto nada, así que los dejaron ir. Después de todo… ¿que podían hacer esos viejos?