2
0
Tiempo de lectura:29 Segundos
De colchón, unos cartones húmedos que sacó de un basural.
De frazada, un sobretodo raído que recibió en la ¨Misión¨ y que no le llegaba a cubrir las piernas. La helada carcomía su piel y entraba en sus huesos como alfileres invisibles.
Se acurrucó en el zaguán de un local abandonado, imaginó un sol de fuego para calentar aunque sea su pensamiento y al fin… se quedó dormido.
Al despuntar el alba lo encontró su compañero de desdichas. Finos hilos de escarcha caían de sus pestañas y en sus labios morados, una sonrisa.