La ciudad que amo nunca fue mía
Soy la judía errante.
Todas son mías y, aún, ninguna, mi amor es efímero, rodante, redundante.
Torno hoy hacia la ciudad oriental, rastreo sus mercados, ansío las voces
altas y crispadas de sus fuertes varones, a los que todavía no llegó el mensaje posmoderno del transgénero.