Oasis de Esperanza

Es casi imposible explicar la existencia de este lugar. A menos de un kilómetro del kibutz Nir Oz, en medio de un injustificable bosque de verdes pinos, un centenar de casas blancas con techos a dos aguas de cerámicas rojas, bordean un apacible lago. Sus habitantes, personas sabias y risueñas, todos pertenecientes a la “segunda juventud», disfrutaban la paz y la felicidad en sus modestas moradas…

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