Por Abel Katz
La ceremonia del nonagésimo aniversario de la creación del Estado de Israel tuvo como invitado especial al presidente de Palestina.
Se tuvieron que alinear muchas estrellas para que esto sucediera, pero creo que dos factores fueron cruciales. El primer suceso fue el desarrollo de la celda solar de silicio diamantado, que tiene una eficiencia de conversión del 98%, es decir, convierte en electricidad el 98% de la energía solar que recibe. Su antecesor solo convertía el 20%.
Esto resultó en que el mundo ya no necesitara petróleo, lo que propició que Irán y Qatar ya no pudieran financiar organizaciones terroristas.
El segundo suceso fue que, después de terminar su mandato como presidente de El Salvador y ganar el Premio Nobel de la Paz por pacificar su país, Nayib Bukele fue propuesto como presidente de Palestina debido a su ascendencia palestina. Esto le permitió limpiar Palestina de terroristas y delincuentes en pocos años, reconstruir su país y atraer inversiones extranjeras. Además, logró desarrollar el turismo, convertir a Gaza en una Startup Nation e impulsar una exitosa integración comercial y tecnológica con Israel.
Cuando le llegó el turno a Bukele de hablar en la ceremonia, dijo: ‘Después de ver este video de 1947 en el que los judíos, al enterarse de que la ONU aprobó la partición de Palestina, salieron a bailar a la calle, me hubiera gustado que nuestro pueblo también hubiera salido a las calles a celebrar. Eso nos hubiera ahorrado muchos sufrimientos.’