Por Abel Katz

El escalofriante cielo azul a 28 grados, el sol helando en el cenit, el obscuro verde muerte de las montañas y un nauseabundo olor a pino, el casi perfecto espejo del lago refleja esta mortal tranquilidad, solo escucho mi llanto incontrolable ya por varias horas, todo nublado por tantas lágrimas que no paran de salir copiosamente.

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