Cada vez que tengo un evento importante y me estoy maquillando, me digo: “vamos a prepararnos para la batalla”. Eso es por una frase que me quedó de Valentina, mi roommate de la Universidad. Cuando los fines de semana, quedábamos con amigos para ir de fiesta y me vestía y maquillaba para la ocasión, ella me decía: “che, estás re producida. Eres así como los indios que se pintan cuando van a salir a la batalla”.
El primer nombre de Valentina no dice mucho, pero su segundo nombre es Libertad. Su madre le puso ese nombre no precisamente porque fuese admiradora del tango y Libertad Lamarque, sino porque Valentina nació en la cárcel. Su padre, fue uno de los más de 30 mil desaparecidos durante la dictadura argentina y su madre fue presa solo por ser la señora de un líder sindical. La madre se trasladó con la pequeña Valentina y sus hermanas mayores a Francia, donde logró conseguir refugio político y terminó un doctorado en la Universidad de la Sorbona. La historia personal hizo de Valentina una luchadora de causas: feminista, vegetariana, judía reformista y pare usted de contar. Para ella toda historia, por simple que fuese, tenía algún trasfondo que violaba los derechos de algún otro. Por ejemplo, recuerdo que le comenté que en el país donde nací, el día del certamen de miss Venezuela era casi una fiesta nacional y que los venezolanos estábamos muy orgullosos de tener el Record Guiness por el más alto número de coronas ganadas de Miss Universo y Miss Mundo simultáneamente. Atónita, Valentina me contestó:
-No puedo creer que toda una nación esta orgullosa por eso, por ver un grupo de mujeres paseándose como si fueran vacas por un establo.
- Es mas que eso, le dije, es ver los distintos tipos de vestidos, maquillajes, peinados…
- Si, también hay distintos tipos de vacas.
Después de esa conversación, no pude volver a ver el concurso con los mismos ojos… para mí, perdió todo su encanto. Sentí lo que siente un niño cuando descubre que Santa no existe. Por cierto, cuando fui con mis hijos al kibbutz Ein ha Shofet para que vieran las vacas, también me acordé de Valentina.