-Endereza el cuadro por favor.
-Mama… está derecho.
-¡No, no! Está un centímetro más bajo del lado izquierdo.
-No lo veo y tengo buen ojo, por favor mamá, no jodas.
-Te digo que está torcido, y eso trae mala suerte.
– ¿Que va a pasar, va a morir alguien? -le pregunté- ya harta de tanta estupidez.
-¡Peor! te vas a quedar para vestir santos- me contestó compungida.
La miré con ganas de matarla, pero en lugar de eso, me eché a reír a carcajadas.
-¿Cuál es tu miedo? ¿Que me quede a vivir con vos, siempre?
-¡Nooo! -gritó-. Ese sería el sueño de toda idishe mame…
Quiero que tengas tu vida y que sepas lo que es el amor de un hombre y el de un hijo.
Pasaron los años y mi madre no me vió ni casada, ni madre.
El amor de un hombre lo conozco y lo tengo, el de un hijo no.
Elecciones de vida, de las que no me arrepiento.
No todo en una mujer es ser madre y esposa. Hay un abanico esplendoroso de posibilidades.
Y yo probé, con muchas me quedé y otras deseché.
Hice con mi vida lo que se me cantó, y hoy, eso me da alegría
y sobre todo paz interior.