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Por Bella Clara Ventura

Amados nietos: 

Ahora que el pelo se pinta de grises y mi cuerpo se llama más viejo, aunque me rehúse a verlo así, he decido poner punto final a varios asuntos al haber entendido que entre más me cargue del pasado, mi presente será más deslucido. 

Voy a ordenar la casa, mi jardín interior, el que descubro sólo cuando hago ese viaje hacia mí misma. Importante realizarlo con frecuencia, como nos levantamos y lavamos a diario. Empiezo por barrer añejos rencores del corazón. Endurecen las venas y pueden llevar a ataques mortales. Deseo desempolvar lo que me gusta y desechar lo que ya no me resulta válido como rencores, envidias o situaciones que no me permitan avanzar. Dirán que no tengo mucho tiempo para ello, pero yo les contesto que nunca es tarde para evolucionar y buscar la luz. 

Pienso apagar todas las oscuridades que han habitado mis sombras. Espantar fantasmas de mi casa, como lo he venido haciendo en los últimos años. No desean entender que no los quiero volver a ver, más regresan bajo su invisible manto. No ceso de ahuyentarlos con mi luz interna, la que trato de prender en mi cotidiano. Debe brillar en permanencia, aunque su consumo cueste. Me vale la autocrítica y estar vigilante con mis nuevos y antiguos pasos para hacerles un borrón y cuenta nueva, pero antes tengo que sacar en claro lo que pretendieron decirme o comunicar. Todo se viste de lecciones, amados míos. Nada llega por casualidad. Es ley de la existencia saber enfrentar el revés con entereza y valentía. Aplicarse en ponerle término a todo aquello que nos vuelva densos y nos impida el desarrollo de nosotros mismos. No sólo se crece en tamaño sino en dimensión interna. La que debemos cuidar como los sueños. Ellos nos permiten mayores vuelos. Y a ellos me voy a referir, para que ustedes nietos del alma, sueñen que nada es imposible mientras se resten los miedos. Paralizan y de ellos hay que desprenderse rápidamente. Espantos que se disfrazan para lograr sus propósitos bajo una vestimenta del ego. A ese también le doy una patada en el culo, como se dice en España, sin temor a caer en vulgaridades. Al pan se le dice pan y al vino, vino. Lo que también me ha enseñado la vida, a no temer a nombrar las cosas por su nombre y por ello hoy les nombro la despedida de todo aquello que no me ha permitido crecer más eficazmente. Afuera todos los odios, las intolerancias y las faltas de respeto. Recibo en mi nueva vivienda las sonrisas que ustedes me han regalado para señalarme una morada más amable, donde el amor se hace indispensable. A ese le doy la bienvenida con bombos y platillos y les puedo poner punto de interrogación a mis acciones para dejarlas en buenas. Ellas me convierten en mejor ser humano al darle la estocada a lo que ya no me conviene, como fueron mis años de dolor y de sufrimiento al tratar de crecer en contravía como lo solemos hacer. Dura la adolescencia y los cuestionamientos que se le hacen al diario vivir. Sin embargo, existe una vía libre que nos conduce por la mejor ruta, el camino de la libertad de ser en bondad y en entrega a los demás. Me despojo de prejuicios para abrazar la verdadera libertad que me permitirá dejar la casa bien ordenada y ustedes podrán visitarla sin tropezarse con viejos desordenes que me habitaron. Me desprendo y le pongo punto final a lo que no me permita ser feliz. Los amo.  

Vuestra abue, que siempre estuvo en búsqueda de sí misma y al hallarlos a ustedes, mis nietos de las profundas querencias, en mi senda pude amarlos y decirles que se debe ordenar la huerta íntima. Es secreta para rociarla de bienestar y sacar del revés, su luz. Faro de la felicidad. 

Acerca del Autor

Bella Clara Ventura

De padre sudafricano y madre mexicana, Bella Clara nació en el mes de las cometas en Bogotá-Colombia. Con sus poesías y novelas traducidas a diversos idiomas ha conquistado a críticos, escritores e intelectuales, mereciendo múltiples premios y reconocimientos por su carisma y su talento como escritora. Incluida en antologías y colaboradora de varios libros de cuentos ha participado en numerosos encuentros literarios en USA, Suecia, Francia, México, Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Ecuador, España, Puerto Rico, México, India, Hungría y Taiwán, entre otros. En 2008 fue elegida como una de las 50 mujeres más importantes de la cultura en Colombia, por la Universidad Santo Tomás de Bogotá. Recibe el Doctorado Honoris Causa de la World Academy of Culture and Arts (USA-2011). En el año 2019 obtuvo un premio por su poema sobre la compasión en Bhubaneswar– India y en diciembre 2021 es reconocida por el Comité Ejecutivo de Peace-Pax como su embajadora, por su obra literaria dedicada a la promoción de la paz en el mundo.Vive actualmente en Israel.
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