Por Claudia Wohl

Colecciono recetas de cocina

  que quizás nunca hornee.

Colecciono instrucciones de tejidos

  que haré alguna vez.

Colecciono memorias, momentos,

  historias vividas y vívidas;

libros en mi mesa de luz

  listos para ser deleitados,

  que llevan los sueños que soñaré

  durante la lectura.

Imágenes en mis ojos:

  del cielo, la ciudad,

la naturaleza viva y resplandeciente.

Palabras dulces alguna vez recibidas.

Piedras semipreciosas

  con significados ocultos.

Chocolates amargos

  que compré y probaré.

Colecciono ideas

  de lo que podría ser, y

colecciono esperanzas

  de un mundo en paz.

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