(1951-2022)
1) UNA BREVE DESCRIPCIÓN
LA RISA (de la novela “Así empieza lo malo”)
«Es muy difícil no seguir enamorado o cautivo de quien nos cae en gracia y además nos las hace.
Lo mas arduo es renunciar a reírse en compañía, cuando uno ha encontrado con quien y ha decidido convertirse en incondicional de esa persona.
Cuando uno guarda el recuerdo nítido de la risa común y se lo renuevan alguna vez, así suceda muy de tarde en tarde y los intervalos sean largos y amargos.
Es el vínculo que mas ata, después del sexo mientras éste es urgente y antes que él cuando se va amansando».
2) UN MONOLOGO INTERNO -de un hombre antes de casarse- y un ejemplo de ANÁFORA (de la novela “Corazón tan blanco”)
A partir de mañana, y es de suponer que durante muchos años, no podré tener el deseo de ver a Luisa, porque la estaré ya viendo en cuanto abra los ojos.
No podré preguntarme qué cara tendrá hoy ni cómo se aparecerá vestida, porque le estaré viendo la cara desde el inicio del hoy y tal vez la veré vestirse, puede que incluso se vista como yo le indique, si le digo mis preferencias.
A partir de mañana no habrá las pequeñas incógnitas que durante casi un año han llenado mis días, o han hecho que los días fueran vividos de la mejor manera posible, que es en estado de vaga espera y de vaga ignorancia.
Sabré demasiado. Sabré más de lo que quiero saber acerca de Luisa…
3) UN DIÁLOGO TREMENDO entre dos amantes (de “Corazón tan blanco»)
«-Te digo que mi mujer se está muriendo.
Miriam respondió al instante:
-Pero no se muere. Se está muriendo pero no se muere desde hace un año. Mátala tú de una vez, tienes que sacarme de aquí.
-¿Qué quieres, que la ahogue con una almohada? Yo no puedo hacer más de lo que estoy haciendo, ya es bastante. La estoy dejando morir. No estoy haciendo nada por ayudarla.
La estoy empujando. No le doy algunas de las medicinas que le manda el médico, no le hago caso, la trato sin el menor afecto, le doy disgustos y motivos de sospecha, le quito las pocas ganas de vivir que le quedan. ¿No te parece suficiente? No tiene sentido dar ahora un paso en falso, ni que me divorcie, alargaríamos las cosas al menos un año, y en cambio, ella puede morirse en cualquier momento. Hoy mismo puede estar muerta. ¿No te das cuenta de que ese teléfono puede sonar ahora mismo para dar la noticia? No seas imbécil. No seas impaciente.
-No he sido impaciente, llevo mucho teniendo paciencia y ella no se muere. Le das disgustos, pero de mí tú no le hablas… ¿Cómo sé yo que se está muriendo? ¿Cómo sé yo que no es todo mentira? Yo nunca la he visto, no he estado en España, ni siquiera sé si estás casado o es todo un engaño tuyo. A veces creo que tu mujer no existe.Tu mujer lleva un año muriéndose para mañana mismo, que se muera de una vez o déjame en paz.
-¿De verdad quieres que te deje en paz? ¿Que no te llame más cuando venga? ¿Que no sepas que he llegado y estoy aquí, ni cuándo? ¿Que pasen dos meses y luego tres y otros dos y en medio no me encuentres ni me veas ni sepas nada de mí, ni si mi mujer ya ha muerto? Yo soy tu esperanza, Miriam. Llevo siéndolo un año y nadie puede pasarse sin su esperanza. ¿Tú crees que vas a encontrar otra tan fácilmente? Desde luego no en la colonia, nadie se va a meter dentro de donde yo ya he estado.
-Eres un hijo de puta, Guillermo, dijo ella».
4) UNA REFLEXIÓN PARA AUTORES DE FICCIÓN (extracto de uno de sus discursos)
¿Contar historias reales o contar ficción?
«Cuando se habla de la vida de un hombre o de una mujer, cuando se hace recapitulación o resumen, cuando se relata su historia o su biografía, se suele relatar lo que esa persona llevó a cabo y lo que pasó efectivamente. Todos tenemos en el fondo la misma tendencia, es decir, a irnos viendo en las diferentes etapas de nuestra vida como el resultado y el compendio de lo que nos ha ocurrido, de lo que hemos logrado y realizado, como si fuera tan sólo eso lo que conforma nuestra existencia.
Y olvidamos casi siempre que las vidas de las personas no son sólo eso: cada trayectoria se compone también de nuestras pérdidas y nuestros desperdicios, de nuestras omisiones y nuestros deseos incumplidos, de lo que una vez dejamos de lado o no elegimos o no alcanzamos, de las numerosas posibilidades que en su mayoría no llegaron a realizarse -todas menos una, a la postre- de nuestras vacilaciones y entonaciones, de los proyectos frustrados y los anhelos falsos o tibios, de los miedos que nos paralizaron, de lo que abandonamos o nos abandonó a nosotros.
Las personas tal vez consistimos, en suma, tanto en lo que somos como en lo que no hemos sido, tanto en lo comprobable y cuantificable y recordable como en lo más incierto, indeciso y difuminado, quizá estamos hechos en igual medida de lo que fue y de lo que pudo ser.
Es precisamente la ficción la que nos cuenta eso («lo que pudo ser») o mejor dicho, la que nos sirve de recordatorio de esa dimensión que solemos dejar de lado a la hora de relatarnos y explicarnos a nosotros mismos y nuestra vida.
La mas completa biografía no está hecha sino de fragmentos irregulares y descoloridos, hasta la propia. Creemos poder contar nuestras vidas de manera más o menos razonada y cabal y en cuanto empezamos, nos damos cuenta de que están pobladas de zonas de sombra, de episodios inexplorados y quizás inexplicables, de opciones no tomadas, de oportunidades desaprovechadas…”.