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Por Lili Barchilon
Después del llanto, del duelo interminable, de las pérdidas que nos desgarran.
Después del enojo que nos consume, de la tristeza que se aferra, de la ira que estalla.
Del quiebre que destroza, del terror que anida en nuestras sombras.
Después de ese dolor que nos acompaña, de la incertidumbre que envuelve
del espanto que nos abruma, del silencio de los otros y de aquellos con poder de decisión.
Hoy: 333 días en cautiverio
Hoy: 610 soldados muertos
Hoy: ¡Devuélvanos ya a nuestros familiares!
Después del extenso viaje de grandes desafíos adversos,
después de nuestra lucha silenciada, después del dolor, la ira, el llanto…
nos levantamos aún con esperanza. Sí, nos levantamos cada mañana.