
Tal vez porque la festividad de Purim celebra la victoria sobre un malvado que nos quería exterminar. O tal vez porque comprobamos que algunos de nuestros hermanos secuestrados vuelven, se re-encuentran con sus familias y son héroes resilientes que demuestran que se puede seguir adelante, que fue mejor sobrevivir (cuando muchos de nosotros pensamos que es mejor morir antes que caer en manos de enemigos tan sanguinarios) Tal vez porque desde hace unos días -pocos, por cierto- pero unos días al fin, amanecemos sin la noticia de que algunos de nuestros hijos tan jóvenes cayeron en defensa del pueblo de Israel. O tal vez porque nos aferramos a la ilusión de que nuestros tataranietos en un futuro lejano festejarán que otra vez vencimos al malvado que nos quería exterminar… en este Purim 2025 Israel volvió a bailar, a disfrazarse y a hacerle “pito catalán” a los que intentan borrarnos del mapa.
Vi un enjambre de ciclistas disfrazados de abejas, vi dinosaurios gigantes bajando del colectivo, vi a alguien reptando adentro de un inmenso caparazón de caracol por la senda peatonal mientras automovilistas pacientes reían y lo fotografiaban. Vi brujas bailando en Haifa, princesas y vikingos en Tel Aviv, hippies en Jerusalem. Vi jóvenes bailando con remeras con la inscripción “We will dance again”. Vi un niñito disfrazado de soldado israelí para parecerse a su papá que corrió a defendernos y cayó en combate. Escuché la música retumbando hasta la madrugada en fiestas callejeras y barriales.
Y por la radio, oíque el papá de un joven secuestrado le pedía al pueblo de Israel que baile y festeje en Purim -a pesar de que su hijo está cautivo y torturado- porque ése es nuestro mensaje de fortaleza y continuidad.
Vi también miles de niños, aulas enteras disfrazadas de Batman en memoria de aquél Purim en el que la familia Bibas se disfrazó del héroe favorito de Ariely por otro lado, vi adultos disfrazados de un Batman que llora lágrimas de impotencia.
¿Y yo? A mí que me encanta esta festividad, quedé mirando la bolsa de sombreros, collares y antifaces y la dejé hasta la próxima vez. Hasta que vuelvan los que faltan. Hasta el Purim que viene, ojalá.