Por Josef Feldshtein
Según la RAE la resiliencia es “la adaptación a la adversidad; la capacidad de recuperarse”. En mi caso hay más de lo primero. Hace trece años adquirí una rara enfermedad, mis ojos padecieron intensos dolores y no podía enfocarlos. Nada de libros y pantallas. Como programador, nada de trabajo.
Dije:“Todo es para bien, hay audiolibros”. ¿Orgulloso? Superé un problema y aprendí algo.
Y entonces, empezó un dolor en mis oídos que iba creciendo y al final, ya no podía escuchar Mis familiares al hablarme, me causaban dolor. Nada de audiolibros, de familia. Un vegetal. Después de verificar todo, y no encontrar nada, la neuropatologa sentenció: “Vaya a un psiquiatra, quizás…” Así empezó la búsqueda del milagro. Me tomó un año reaprender a comunicarme; seis para aproximarme a un ordenador y leer. No hubo pastilla mágica, pero aquel año en el hospital, lo aproveché. Después de un mes me di cuenta que podía leer diccionarios, necesitaba una mínima concentración visual. Para no enloquecer, lo hice con inglés. Cuandó acabé, pasé al italiano, al español… Esta adicción “diccionaria” me acompaña hasta hoy.
Conclusión: los problemas no se fueron, probablemente hayan disminuido. Pero la lección de mi vida ha sido que no encontré sentido al dolor padecido, generalmente, no encuentro sentido a los dolores de nadie. Los estoy combatiendo por doquier.