Por Efraim Barkan
Lloviznaba. Todo estaba en silencio, pero no del todo. Desde lejos, cada vez mas fuerte, se oía el ruido de tambores. De la oscuridad surgieron tres hombres, marchando en fila , que cruzaron el pueblo con un tamboreo oficial, festivo, incluso desafiante, hasta que desaparecieron en la noche.
Bueno, me dije, hace tiempo que estoy en la India, pero tengo que reconocer que no conozco bien las costumbres del lugar. Si la gente quiere ir con tambores en la noche, bajo la lluvia… éste es su país, no es asunto mío, allá ellos… Y entonces, emergió sobre el camino un hombre de bastante edad, con un vestido rojo, flaco, descalzo, su cabello blanco y largo atado con una goma. Serio y respetuoso, caminaba apurado en la misma dirección que tomaron los tamborileros. Metros atrás, tratando de alcanzarlo, corría un niño con una sombrilla adornada con papeles de colores, flores muertas y cintas doradas.
Me levanté y me acerqué al camino para verlos. Uno de los que estaban en la mesa vecina, vino y se paró a mi lado.
«THIS IS GOD» -me dijo- satisfecho de poder darme una explicación. Cuando lo miré con desconfianza, el muchacho recurrió a su mejor inglés: «THIS IS INDIA, YOU KNOW… IN INDIA…YOU KNOW… THIS IS GOD». No dijo más, y volvió a su mesa.
Miré al camino, GOD desapareció ya en la noche. La sombrilla del niño relampagueó dos o tres veces más y también se esfumó en las sombras.
Y entonces pensé: familia querida, quiero escribirles, a ustedes, atormentado con la pregunta : ¿Dónde estuvo Dios ? ¿Como pudo ser? ¿Dios? ¿¡Dios?!
Dios camina por las noches, por senderos oscuros en el Himalaya Indio. Y si cae la lluvia, él se moja, a pesar que -detrás de él- corre un niño con sombrilla dorada. Descalzo va, muy apurado.