Tendría que hacerlo todas las mañanas, antes que los eventos del día me agoten y me drenen las pocas energías que me quedan.
Hacer que una hebra de hilo se asome para ir tirando de ella suavemente durante el día y que ese hilo vaya creciendo y se convierta en una fuerte cuerda, suficientemente fuerte para que traiga consigo una historia de peso que tenga que ver con el amor que me falta y la guerra que me sobra, la suavidad de tus besos que ya no recuerdo y la violencia de estos tiempos que quisiera olvidar y no puedo.
No es difícil adivinar quién triunfa al final del día.
Y poco antes de conciliar el sueño, trato de visualizar lo que quisiera tener al despertar sabiendo que brillará por su ausencia.
24.6.2025
