Van gogh decía que es difícil conocerse a sí mismo, pero más difícil es pintarse a sí mismo.

Decidi mirarme en un

espejo sin engaños,

no importa si el espejo es viejo o está rasgado.

Cuando me enfado

parece arrugado, cuando me alegro también sonríe. 

Si sueño suele esperarme hasta la mañana.

Decidí que voy a preguntarle quien soy

porque mi cabello se ha vuelto blanco como la nieve.

Sin embargo, al color lo soporto,

es que el frío es por dentro,

pareciera que hasta mi alma busca una manta para cobijarse.

Ni que hablar de algunas arrugas…

me consuelo, pensando que el espejo está algo rasgado.

A veces me pregunto cómo quisiera ser y

no encuentro una clara respuesta. Entonces, me siento solo frente a la ventana de mi cuarto mirando a las estrellas que titilan.

No es fácil conocerse a sí mismo, tampoco lo es frente a un espejo

cuyo silencio es infinito.

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