Me busqué entre las hojas muertas del otoño, entre la hierba seca del verano, entre los residuos que dejan las olas en la orilla del mar, sin hallarme.
Después de tantos años, está claro que me busco donde no estoy y a medida
que pasa el tiempo, merman las posibilidades de encontrarme, de descubrirme.
Cada vez que creí ver mi imagen, fue la de aquél que quería ser, pero estaba estampada en la arena y se borraba con cada ola.
Sucedió una noche de verano, recostado sobre una duna mirando el anochecer, mientras el sol se hundía lentamente en el mar.
Entonces pensé en mis seres queridos, en ellos me seguí equivocando.
Cuando el sol desapareció detrás del horizonte cerré mis ojos y vi un extenso túnel. En su extremo estaba la imagen del astro luz que vi un instante atrás y delante de él una silueta pequeña, era yo. Y supe que encontré el camino.
Emprendí entonces la marcha hacia el final del túnel. ¿Llegaré alguna vez? Y si llego… ¿será el final del camino?